
Pues sí, aproximadamente, unos 250 €/año por persona, según recogía un estudio de 2013 del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Fuente Estás tirando dinero a la basura, y lo sabes | i·ambiente
Hace unos días me tope con un tuit que me llamó la atención:
Lineales desatendidos en supermercados. COAG reclama q cuiden la calidad e imagen de las frutas y hortalizas https://t.co/8SfrxmAVhb
— COAG Almería (@COAGAlmeria) 4 de agosto de 2016
En la noticia se solicita a los supermercados y tiendas de alimentación de la provincia de Almería que cuiden «la calidad y el estado de los productos hortofrutícolas que se colocan en el lineal para el consumidor», ya que consideran que el sector agrícola almeriense debe servir como carta de presentación del buen hacer del territorio y no se puede consentir cualquier tipo de venta. No se tú, pero para mí esta reclamación es un claro llamamiento al desperdicio de alimentos. Es obvio que también es necesario un etiquetado claro y unos precios acordes con la calidad del producto, tal y como se pide en el mismo artículo publicado en la web de COAG Almería, pero también considero que asociar calidad a una fruta o verdura perfecta hace un flaco favor a la sostenibilidad y fomenta el desperdicio de comida. ¿Significa este posicionamiento que el trabajo de la gente que comercializa fruta defectuosa o «tocada», como los portugueses de Fruta Feia, es menos válido que el de un agricultor almeriense que solo recoge los tomates sin mácula de su cultivo? ¿El hecho de que una cadena de alimentación como Walmart en EE.UU. haya decidido vender fruta fea la convierte en menos competitiva?
Pero lo cierto es que los supermercados son uno de los agentes de la cadena alimentaria que menos desperdicia. La mayor parte de la comida que se derrocha procede de los hogares (hasta 1,3 kg por hogar a la semana). El pasado mes de mayo, el diario El Correo dedicó un interesante artículo a esta problemática, recogiendo en el mismo algunas de las iniciativas que actualmente están activas en España, como el aprovechamiento que hace la empresa Copiral transformando alimentos caducados en pienso para animales, la aplicación móvil de «Yonodesperdicio» impulsado por la ONG Prosalus o La Nevera Solidaria, proyecto que inició su andadura en Galdakao.
Algunas de estas iniciativas las recogí también en el artículo mensual para iAmbiente, que este mes trataba de mostrarte cómo la tecnología puede frenar este grave problema. Si quieres leer este artículo, pincha aquí.
Y recuerda que todo comienza contigo y con tu capacidad de decisión como consumidor. Como clama el eslogan de la cooperativa Fruta Feia, «la gente guapa come fruta fea».