
El africano promedio, por ejemplo, hoy usa aproximadamente un tercio de la energía que consume el europeo promedio. Pero para 2050, debemos reducir las emisiones relacionadas con la energía un 70% con respecto a los niveles de 2010, y tal vez hagan falta mayores recortes para alcanzar un nivel cero neto de emisiones para 2060.
Fuente ¿Por qué los renovables no alcanzan? by Ajay Mathur and Adair Turner – Project Syndicate
Esta semana se ha publicado un interesante artículo en la web Project Syndicate que explica por qué no se van a alcanzar los objetivos establecidos en la Cumbre del Cambio Climático de París solo con el impulso de las energías renovables. Los autores del artículo, Turner y Mathur, defienden que la descarbonización de la economía tiene que ir pareja al incremento del desarrollo económico de todo el mundo hasta «los niveles de vida del que hoy sólo disfruta el 10% más rico de la población», lo cual supondrá un incremento en el consumo energético mundial.
Quizás esta equiparación sea excesiva, pero disfrutar de unas condiciones mínimas tales como luz, agua o saneamiento es un derecho que nadie puede coartar. Es cierto que la reducción del precio de los sistemas de generación de electricidad con origen en la energía renovable ha descendido mucho en los últimos años, convirtiéndose en muchos casos en una seria alternativa a las fuentes de energía tradicional (de hecho y según consta en el World Energy Outlook de 2015 editado por International Energy Agency (IEA), casi la mitad de la energía eléctrica fue producida de forma renovable) pero, tal y como asegura el polémico Bjørn Lomborg en otro artículo también publicado en Project Syndicate que lleva por título «Por qué África necesita combustibles fósiles», «mientras un panel solar puede acumular la energía necesaria para encender una bombilla y cargar un teléfono móvil, poco puede hacer para mantener encendidas cocinas que ayuden a evitar la polución interior o las neveras que mantengan bien refrigeradas las vacunas y los alimentos frescos, y mucho menos potenciar la agricultura y las actividades industriales».
De todas formas, la electricidad únicamente supone el 20 % de la energía total que consume el planeta, tal y como exponen Turner y Mathur y refrenda la IEA. El 80 % restante corresponde al transporte (como recuerda Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía y profesor de Recursos Energéticos y Geología del Petróleo en la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, en una reciente entrevista radiofónica, el 95 % del transporte mundial se hace gracias a los derivados del petróleo), los sistemas de calefacción y, especialmente, a los procesos industriales, muchos de los cuales son de difícil electrificación.
Obviamente, no es una meta inalcanzable, aunque llevará su tiempo y éste es justamente uno de los elementos más escasos. De momento, no estaría mal que las sociedades más avanzadas empezaran a consumir un poco menos y de forma más sostenible para que los países que menos consumen tengan también opciones de desarrollo.