
A consortium of high-profile supermarkets and food companies is demanding urgent action to stop unsustainable water usage among Spanish strawberry growers.Companies including Sainsbury’s, M&S, Unilever and Coca-Cola claim current practices will lead to severe environmental damage to fragile ecosystems.
Como sabrás, el próximo día 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. El lema escogido para este año, «Agua y trabajo», hace referencia a que este oro líquido es necesario para crear puestos de trabajo y favorecer el desarrollo económico, social y humano y lo cierto es que me viene de perlas para comentar la noticia que hace unos días publicaba el diario The Guardian en su web.
España es el segundo productor mundial de fresa, cultivándose el 70% de esta fruta en Andalucía, concretamente, en el área de Doñana, enclave natural que entre sus múltiples figuras de protección, ostenta la categoría de parque nacional y reserva de la biosfera, siendo uno de los humedales más importantes de Europa. El problema es que los acuíferos de esta zona están siendo fuertemente sobrexplotados para posibilitar el regadío de estos cultivos, con un descenso de alrededor del 50% en algunos casos «gracias» a una extensa red de unos 2000 pozos ilegales.
Según comenta la noticia, en 2014 la Junta de Andalucía aprobó un plan para la eliminación de 1500 ha de cultivos ilegales, pero a fecha de hoy, esta medida no se ha implementado todavía, así que un consorcio de supermercados y compañías alimentarias, el Doñana Strawberry and Sustainable Water Management Group, que representa el 20% de las ventas de fresas de Andalucía, está demandando la puesta en marcha de acciones urgentes para frenar el deterioro de Doñana y sus acuíferos.
El gobierno andaluz fracasó en 2012 en el intento de implementar un plan de riego en la zona, lo que motivó una advertencia por parte de la Unesco, organismo encargado de velar por la protección de las reservas de la biosfera. Posteriormente, en 2014, fue la Comisión Europea la que abrió una investigación en relación con este asunto.
Resulta bastante triste que tengan que venir de fuera a recordarnos que el agua es un bien escaso. Y en lo que concierne a este recurso, España es y ha sido un país seco, salvo las regiones localizadas en la zona norte del país. Impulsar el desarrollo de grandes áreas de regadío supone caer en el «pan para hoy y hambre para mañana» porque este modelo resulta totalmente insostenible y se cimenta en gran parte en la explotación desmedida de los acuíferos, problema que, por desgracia, no es exclusivo de Andalucía (el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel en Ciudad Real sufre también como pocos las consecuencias de estas prácticas). Además, todo parece indicar que a las condiciones físicas naturales de la península se sumarán dentro de unos años los efectos del cambio climático, y tal y como alertaba un reciente informe del World Resources Institute, España estará incluida en el listado de los 30 países del mundo que más problemas de suministro de agua van a soportar hacia el año 2040.
Así que, volviendo al lema escogido por la ONU para la celebración del día 22, sí, agua y trabajo pueden ser sinónimo de puestos de empleo, pero éstos no deberían ser objeto de alabanza si se crean a base de hipotecar y saquear sin control los recursos naturales.